martes, 15 de diciembre de 2015

Recordándote en gerundio

Tachando líneas,
folios vacíos,
libretas enteras.
Quebrándome, destruyéndome,
en toda mi esencia,
por querer gritar
palabras,
frases,
versos,
lágrimas.

Arrancándome los ojos
por recordarte,
no en ti,
sino en mí,
en mi yo profundo,
donde nunca llegué
ni jamás osé llegar.
Por su oscuridad quizá,
temiendo olvidar
tu luz, tal vez.

Quemándome, reduciéndome
al polvo de unas cenizas
que impregnan
todos los mares
de mi mundo.

Emprendiendo la carrera,
por primera vez,
alzando el puño,
cogiendo impulso...

un gemido eterno,
final,
alentador.

Cayendo, de nuevo, 
a mi globo,
a mi cruda realidad,
a tu cruda ausencia,
insípida,
sin aliento.
Así, durmiendo,
apurando y suspirando
por el último minuto
de un día
que quedó en el intento
de ser, al mismo tiempo,
mar y tierra,
vida y muerte,
recuerdo y olvido.


jueves, 3 de diciembre de 2015

Pintant

Sóc el blanc
que crida el foli.
També el negre
que silencia el meu llapis.

Sóc l'ocre dels teus ulls,
el verd dels seus
i el blau d'altres somniats.

No sent roig,
m'enrede al carmí
que tant de vida m'ha donat,
que tant de boira s'ha portat
que tants de pintors han emprat.

Sóc el gris
d'un record llunyà,
o, potser,
més proper
que qualsevol altre
de diferent color.

I que siga gris,
tal vegada, per a pintar-lo
quan la tinta
deixe d'ésser silenci
i el roig
deixe de cremar.





Soy el blanco
que grita el folio.
También el negro
que silencia mi lapicero

Soy el ocre de tus ojos,
el verde de los suyos
y el azul de otros soñados.

Sin ser rojo,
me enredo en el carmín
que tanta vida me ha dado,
que tanta niebla se ha llevado,
que tanto pintor ha usado.

Soy el gris
de un recuerdo lejano, 
o,quizás,
más cercano
que cualquier otro
de diferente color.

Y que sea gris, 
tal vez, para pintarlo
cuando la tinta
deje de ser silencio
y el rojo
deje de quemar.



martes, 10 de noviembre de 2015

Cuerpo incendiado

La llama se consume
a través de mis dedos,
dibujando en tu lienzo
la oscuridad de mis versos.

Prendes, prendo, prendemos.
Por cada caricia, un escalofrío.
Por cada pliegue recorrido, suspiros,
como si mis labios fueran vicio.

Temo escribir si no es de ti,
de la llama,
de tu mirada de ceniza,
huyendo en el viento que emana.

Temo evaporarme
si no son mis dedos los consumidos
en tu ardiente pecho,
si no son mis labios tuyos.

Es por eso que escribo de noche,
tratando de huír hacia la llama
que llora por alguien que la toque.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Tacón y medias

Segundo paseo de madrugada.
Diferentes razones,
misma coartada.
Agarrado a tu vestido,
delirando en tus tacones.

Tacones que el tiempo frenan,
acompasando el silencio de una noche
en la que la Luna, eclipsada,
no encuentra Sol que la enfoque.

Tacones que desvían mis líneas,
alcanzando unas medias
que, aceptando mi mano,
procuran conservar mi tacto.

Mi mano,
tus medias,
mi tacto,
tus perlas.

Mi noche,
tu noche,
nuestra noche.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Algo más de cinco horas

Clase de literatura universal. Édipo Rey en la pantalla y un monólogo digno de un monarca. De la época clásica, sí, pero más actual de lo que pensamos.

Esta interpretación me llevó a pensar en un gran clásico español: Miguel Delibes. Y, como no podría ser de otra forma, a su magnífica obra Cinco horas con Mario. Se trata de una trama en la que la historia se desarrolla a través de un solo personaje: Carmen, viuda de Mario. A lo largo de ella, la esposa recuerda su insatisfactoria vida en pareja e incluso acaba sincerándose sobre los sentimientos que acabó por tener hacia él.

Este segundo pensamiento, me transportó a una cálida clase de literatura española del año pasado. En una ya de las últimas clases del curso, tratamos algunos rasgos del teatro contemporáneo. El más curioso, sin duda alguna, fue el método Stanislavski, un sistema extraordinario a la par que efectivo -en la mayoría de casos- que consiste en vivir el papel del actor en lugar de representarlo sin más.

El caso es que el profesor en cuestión quiso ponernos el ejemplo de Lola Herrera, reconocida actriz española que consiguió obsesionarse con el papel de Carmen precisamente por llevar a cabo el método Stanislavski. Reina de la escena por aquel entonces debido a su gran éxito, Lola no tuvo más remedio que abandonar su papel por recomendación médica. No obstante, aún volvió a interpretar diez años después de su retirada una adaptación menos intensa de la obra de Delibes.

¿Enamorada de un personaje? Parece algo irreal. Sin embargo, puede ser tal la profesionalidad hasta el punto de perjudicar a una gran artista como Lola Herrera, marcada ya de por vida por Carmen.



martes, 29 de septiembre de 2015

Me pierdo, pero te encuentro

Me pierdo en la inmensidad del cielo,
oscuro como aquel recuerdo lejano
de algo que amé sin conocerlo,
y que jamás conseguí siquiera rozar con la mano.

Me pierdo en el rumor del agua,
que desliza a través de la fuente,
aislando el gemido de las bestias
y sacando el verso de mi mente.

Me pierdo en cada centímetro de tu cuerpo,
en cada rincón que mis labios han sentido.
Aquellos lugares a los que con caricias zarpo
logrando alcanzar aquello que ya mil veces he conseguido.

Y parece que ni el cielo es tan inmenso
ni la fuente capaz de callar tu gemido.