domingo, 27 de noviembre de 2016

Confesiones

No me escuchen si quieren creerme.
Si fui capaz de terminar este poema,
ni siquiera se atrevan a oír mi voz.
Tanto arte dispongo para ello
como para la palabrería.

Reconozco abusar de la verborrea
[qué remedio. Poeta soy]
y obligarles a acceder por mera dejadez.
Les advierto, pues, que acabarán obviando mi mentira.

Aviso, también, a quien verdaderamente
desee saber mi verdad.
Advierto, del mismo modo, no dejarle
escapar de ella,
pues les invito a mi silencio,
a una mirada que grita enmudecida.

Esa es mi verdad,
la que encierra
el silencio
en cada mirada.

Tampoco crean, entonces,
la gran mentira que son mis poemas.
Háganlo solo el día
en el que deje de escribir.

Mueran en el intento.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Maldito sea

Por no escribir,
ni escribo en orden el beceadario,
ni orden yo en letras las pongo,
o pongo las orden yo en letras,
sé no.

Olvídame.
Te soy ya sin serme.
Perdí aquello que te hizo querer.
La palabra.
El verso.

Maldito sea.

martes, 1 de noviembre de 2016

No ho facis

Mira. Escolta.
T'estime. I m'estime
tots els teus petons,
i les rebolcades a la sorra
i la fosca escaleta on rodolem als capvespres;
i m'estime aquesta gloriosa veu
alta i poderosa que m'ofega
i que em fa goig posar per evocar-te!

Però, vine.
Mira bé. Torna a escoltar.
No em facis el fàstic, no,
no deixes d'estimar-me.
Allò suposaria canviar el to,
baixar la veu,
desfigurar el rostre,
trencar-lo.

Em sé poeta i em sé també
que em recordaran per
odiar-te
o
estimar-te.

No ho facis, amor.
No em facis optar per la primera.